jueves, 25 de noviembre de 2010

Montesquiev cuenta en historia verdadera que un genio propuso un día a un pobre hombre transformarlo a su elección, en ese rey o en ese rico propietario, o en ese opulento mercader a quienes envidiaba frecuentemente. El pobre duda, y para terminar, no puede decidirse a ningún cambio, se queda en su piel. Cada hombre envidia la suerte de otro, concluye Montesquiev, pero ninguno aceptaría ser otro. Y en efecto envidio la situación de otro si se me aparece como un punto de partida que yo mismo superaré, pero el ser de otro cerrado sobre sí, fijo, separado de mí, no puede ser objeto de ningún deseo. Es desde el corazón de mi vida, que yo deseo, prefiero, rechazo.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

este lugar...

En este mundo tan separado vine a dar a un lugar en particular, doce segundos se tomó mi mente en regresar a mi desde que bajé del avión. Desafiando las leyes del tiempo y de la distancia miré gente caminar por el filo tan colorido que recorre la costa, en ese momento recordé haber soñado con avanzar hasta el último de los rincones en donde por casualidad me encontraba y que además de ser fantástico tenía un dulce de leche que no se compara con el que se hace en mi tierra.
La calidez de la gente supera el bajo cero de temperatura que suele emanar de la tierra justo en esta época del año, siempre con una sonrisa incluso si uno se pierde y el mapa ya no tiene sentido, te acompañan hasta el lugar de destino y te dejan bien instalado sin problema alguno. O la señora que te recibe con el abrazo nostálgico, aun sin conocerla, pero que te hace sentir como en casa. O el infaltable galán que pasa por la calle te mira y hace una de dos cosas, o te sonríe y comenta con el que este alado o se manda un piropo medio lanzado como el más escuchado: las tres Marías y vos sos mía!
Hablando de infaltables, encontré también aquellos que cuando están cerca de los que nos encontramos a mil pasos luz de nuestro lugar oriundo, siempre sacan ese fervor con sabor a patria, que llevan la camiseta a donde quiera que vayan y que cuentan maravillas del país gaucho por amor a la celeste. Así da ganas de perderse en este rinconcito del mundo y vivir de los alfajores, garrapiñada y chivitos.
Por otro lado, han sacado ventaja de la creación con su acento tan singular, para mí, perfecta variación del castellano, aun así sean “boludeces”, les da 5 puntos a favor, 3 más por carismáticos, 2 por ocurridos y 5 por bien parecidos, claro está, calificando sobre 10. Sin dejar de lado a las mujeres obviamente, que caminan y los pajaritos cantan como en cuento de hadas, con sus largas y bien cuidadas cabelleras que al abrir la ventana de seguro un príncipe subirá a cortejarlas sin pensarlo dos veces.
Y qué decir de las fiestas… RE copadas, aunque el cuerpo no esté acostumbrado a semejante trasnochada, más la bailada de cumbia… se termina con la cerecita del postre que vendría a ser llegar para el desayuno olímpico de medias lunas y una exquisita variedad entre formas y tamaños de pan. Además hay que darle un visto bueno a los cumpleaños, la tradicional canción para el cumpleañero de este lado del planeta viene a tener ritmo y consistencia con las palmas y a medida que va la canción se incrementan en ritmo, simplemente genial.
Este lugar que es puro sentimiento, que un día hace calorcito y al siguiente llueve, truena y relampaguea; este lugar lleno de historia y cultura, que es una línea de tiempo entre el pasado y el presente, que mientras transita una carroza, el caballo no se percata que le viene rebasando un auto último modelo; este lugar que tiene tantos nombres para cada prenda de vestir entre la shoguinera, la polera, la campera, la pollera, etc. Este lugar vive, sueña y toma mate mientras el sol se apaga despacito en el agua, este no es solo un lugar sino un punto de encuentro que une a Paysandú, Rocha, Cerro Largo, Salto, Punta del Este, Colonia, en fin, ensambla todo un país y que con el tiempo me di cuenta que no son ni italianos, ni españoles, ni argentinos; son la mezcla de todo eso que los identifica, los une y separa al mismo tiempo. Y aunque parezca increíble éste es solo un pedacito de Uruguay, un lugar que lo sueño y sin embargo aunque ya desperté sigo dormida.

martes, 23 de febrero de 2010

En el palpito de un adios...

Si las cosas fueran tan simples como comer un helado y que el sabor extremadamente delicioso no se quedara en la mente... decir un adiós debería tener el mismo efecto, sin quedarse con las ganas locas de volver a disfrutar aquel helado favorito...
Pero es totalmente lo contrario. ¿Por qué quedarse con las ganas de volver al mismo helado si existen tantos otros en exibición? Así es el amor, cuando se va, queda la sensación insipiente, egoísta, maltrecha, angustiosa y discreta. Aquella sensación que recorre los pasillos de un hospital abandonado, latente y transparente como las almas en pena que reclaman algo que quedo en el pasado y no pueden hacer nada para solucionarlo.
Al menos que existiese una manera loca y fantasiosa de las películas que vemos actualmente. Al menos que ese helado no se derritiese jamás o que nunca se acabara en su consistencia, textura, sabor... sea infinito, simplemente... inmortal.

sábado, 16 de enero de 2010

MIL RAZONES

Son las flores de tus palabras
Que inundan mi cementerio
Son pétalos que destellan
Entre las espinas que rosan mi cruz vacilantes

Graciosas tus manos que perdieron su objetividad
Aún perdidas en el rosal,
Siempre encuentran aquellos lunares de mi conciencia.